Ya pagaste esa deuda que tanto te atormentaba, tampoco le debes nada a la tarjeta de crédito y de lo único que debes de preocuparte es de tus gastos fijo y mantenerte lejos de los apuros. ¡Muy bien! ¿qué sigue ahora?
Ahora pon en práctica
tu plan financiero y poco a poco empieza a darle oxigeno a tu salud financiera
para que fluya en estabilidad.
Si todavía no has
sacado las cuentas de los gastos fijos, gastos hormigas y lo que debes de ahorrar,
no estás tarde para iniciar, al contrario, es el mejor momento para hacerlo.
Busca lápiz y papel
y detalla todo, y cuando me refiero a todo hablo hasta del café o té que le
compras a la doña de la paletera, has de cuenta que esa libreta o aplicación digital
que vas a destinar para sacar tus cálculos es tu mejor amiga y te acompañará en
todo momento.
Hoy te hago énfasis
en que debes de presupuestarte y hacer el sacrificio de ajustarte a un monto
establecido, porque tienes que hacer que valga la pena todo el esfuerzo que hiciste
para salir de esa deuda que tanto te agobiaba y creías que no tendría la salida.
Pero espera que
aun falta, si crees que no tienes habilidad para sacar cálculos y anotar cada
peso que gastas, no temas. ¿Recuerdas a ese asesor financiero que empezaste a
leer o a escuchar cuando estabas en el hoyo? Bueno, pues solo tienes que estudiar
una vez más todos sus consejos y hacerlo paso a paso y así aprenderás a manejarte
mucho mejor.
Tu salud
financiera es de suma importancia, si ésta está afectada te descontrola la física
y la emocional, por todas las preocupaciones y dolores de cabeza que genera.
Así como pudiste
romper las cadenas de esa deuda, así podrás mantenerte enfocado y poner ese
negocio, comprar ese vehículo o ese apartamento que tanto anhelas. Ahorra con propósito
y ten un fondo de emergencia para cualquier imprevisto.
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